Este no es mi Florentino, que me lo han cambiao

“Este no es mi Florentino, que me lo han cambiado”, masculla parte del madridismo aùn estupefactos por cómo se les ha escapado un futbolista como el Kun Agüero. ¿Qué le pasa al presidente, que en los últimos tiempos parece sometido a un ataque de señorio y buenas maneras en los negocios con resultados regulares? En sus buenos tiempos Florentino hubiese llegado al Manzanares y mirando a la cara a Gil Marín le preguntaría. ¿Cuánto? ¿45 más impuestos?. Como estos. Ahí te lo dejo. Y eso sin tener que acariciar el lomo, ni convencer, ni firmar nada en papeles, servilletas o barras de hielo porque el Kun estaba más que entregado a la causa blanca. Pero no. Florentino dio su palabra de honor al dueño atlético y por ahí le apretaron la entrepierna. 

La palabra de honor hecha pública como escudo fue un peaje inquebrantable para el presidente blanco. Hace años además de pagar la cláusula del Kun luego se hubiese acercado hasta el Paseo de los Melancólicos para ver, con una sonrisilla de ganador, como las hordas rojiblancas ejecutaban al vendedor.

Ahora es el presidente que no quiere líos con nadie. Otro con talante y consenso. Si Varane cuesta 1,5 para ser jugador del filial, él paga 10 y para el primer equipo. ¿Coentrao 30? Ahí van, lo que tú pidas Mou. Que el Getafe se lleva a Sarabia por tres millones, pues buenos son. Lo malo es que unas horas despúes llega el Real Madrid a por un chico del Getafe B que les interesa para la cantera y le pidan 10 millones es para pensarse si no les estarán tomando por los ‘pagafantas’ de la fiesta. Algo parecido a lo del Kun le está pasando con Neymar. Que no termina de cuajar y entrar a matar. En el Santos han vacilado y bailado al Real Madrid durante más de un mes. Y el futbolista, al que desde la distancia le intuyo menos luces que un velero, también. A Florentino antes no se le escapaba una pieza. Rondaba, olía, convencía y pegaba la dentellada sin miramientos. O ha perdido instinto y dientes, o el modelo ‘inglés’ se lo está comiendo a él, mientras los ideólogos se adueñan del pastel.

Via: sportyou.es