¿Cuándo dejó de ser titular Higuaín?

Los medios afines resaltan que ahora sí Benzema tiene compromiso, bajó de peso, tira, marca, vuela por los aires y adora a José Mourinho. Mientras tanto, el gran olvidado, elheredero verdadero del que nunca hace nada, pasa al ostracismo, de golpe, sin mediar anestesias ni ofrecer argumentos.


Es sabido, aunque jamás confirmado, que en la zona noble del Santiago Bernabéu, allí donde la opinión pública se forma según los acomodaticios de turno y en donde Sergio Agüero nunca firmó el contrato que todos –menos uno- aseguraban, sellaría con amor y traición en mismas dosis, a Gonzalo Higuaín, digámoslo suavemente, no le sobran aliados.


Para fortuna del madridismo, José Mourinho se pasa la zona noble por el set de ducha de Aitor Karanka y, creemos, respalda al Pipita con absoluta convicción, aunque le tendría unajurada: no haberse operado antes la temporada pasada. ¿Podrá el ángel bueno de Mou o el demonio de la revancha?
Muchos suspirarían con borrar de la faz del Real Madrid al último gran fichaje de Ramón Calderón que, digan lo que digan, ganó ligas, fichó a Robben, Marcelo, Sneijder y Pipita, mientras escogía, uno a uno, los socios del Atleti que votarían en su Asamblea. ¿Cambalache? ¡Por lo menos!

Los súbditos del poder reinante, los que vaticinan el fin de ciclo de Pep Guardiola y le publican una agenda que lo manda a Qatar en 2014 de una era paralela a la que los que vamos al supermercado vivimos, han venido, sistemáticamente, aplaudiendo cada uno de los goles de Karim Benzema en pretemporada, sí, de esos que te dan ligas y Champions.
No nos interesan las estadísticas del francés ni las de Higuaín; para números están aquellos que no tienen más argumentos que la fría matemática. Lo que sí es necesario recordar es que Gonzalo Higuaín es un delantero que tuvo valentía, compromiso y talento para imponerse en el Real Madrid. Un jugador con clase, inteligencia táctica y completo en todas las facetas del juego ofensivo, es imprescindible para el conjunto merengue.

Pero tiene un grave problema: no cuenta con campañas a favor, sino todo lo contrario. Cada año, desde que Benzema está en la capital de España, Pipita tuvo que callar a todos a fuerza de goles y ya se imagina lo que le tocará vivir esta temporada, a punto de comenzar.
Cuando Benzema, titularísimo para los medios cercanos, juegue contra el Barça y no marque, los mismos que hoy especulan con la vuelta de Fontaine reencarnado en Karim, pedirán a gritos al que siempre ha sido titular, al que, lo mismo que Raúl, “nunca hace nada”, más que goles, callar, comprometerse y seguir goleando.
Es un ejemplo de los verdaderos valores del madridismo, no los que cotizan en bolsa ni negocian en China, sino los de verdad, los que, simplemente, hacen posible que el Real Madrid sobreviva al olvido de los nuevos tiempos.