Lo sucedido la pasada temporada en el partido de ida de la Champions en el Bernabéu provocó que a Mourinho le llovieran muchas críticas por un planteamiento excesivamente conservador.
El portugués aprendió la lección y ayer logró que el Barça no se sintiera cómodo sobre el terreno de juego con una presión asfixiante y logrando que el balón prácticamente durante todo el encuentro estuviera en poder de los blancos. Sólo al final la salida de Xavi otorgó la posesión a los de Guardiola por un ajustadísimo 52% frente a un 48% de los locales...
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