El Madrid ya no pone la otra mejilla

El Bernabéu dictó sentencia. Se acercaron 70.000 espectadores en una noche de agosto frente al Galatasaray y decidieron que su equipo no ha hecho nada malo, o al menos si lo ha hecho no ha superado en maldad a su rival. Y también mostraron su apoyo a un entrenador que, con sus errores y aciertos, ha decidido defender a muerte al club que le paga y no poner la otra mejilla cada vez que siente una injusticia. 


Por supuesto, lo ocurrido en La Castellana servirá para que los popes de la ortodoxia, los que reparten carnets de deportividad y señorío, incidan en la equivocación de una afición empeñada en defender a un gañán y en no poner la otra mejilla cada vez que la agreden en el campo, en las moquetas federativas o en los innumerables análisis mediáticos que han decidido que todo lo que procede del Madrid es nocivo y todo lo que llega desde Can Barça es deportividad, buenos sentimientos, lucha contra el hambre y las injusticias en el mundo...

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