domingo, 4 de septiembre de 2011

Mourinho, ese Bonaparte


ç
Al principio Mourinho era un don nadie. Para cuando era el mejor, ya ninguno podía mirarle con indiferencia. Pertenece a esa clase de biotipo de uno entre un millón, un tipo de personalidad tan gigantesca que alumbra un personaje justo a su lado. Esta dualidad se vuelve indistinguible cuando se añaden la celebridad de lo histórico y lo mediático, al punto de convertirlos en efigies de sí mismos. Se apoderan del lugar por el que pasan. Ponen a sus pies a los suyos y hacen que sus enemigos los odien con fiebre. Son gobernadores, bonapartes de un tiempo a devorar. A dos siglos vista, la historia de José Mourinho no parece tan diferente de la historia del Emperador Napoleón...
fuente original


No hay comentarios:

Publicar un comentario